Los dos senadores-hombres del PSOE por Madrid, Enrique Cascallana, alcalde de Alcorcón, y José Quintana, ex alcalde de Fuenlabrada, no se han podido estrenar casi en la Cámara Alta, donde dominan con mano de hierto tres mujeres Carmen Silva, Ruth Porta y Carmen Alborch, que se reparten el poder en el Grupo Socialista del Senado. La gallega Silva es la portavoz del grupo, la madrileña Ruth Porta es su adjunta primera y la valenciana Alborch lleva la secretaria primera de la Cámara Alta, además de dirigir el grupo de amistad con el parlamento francés. Las tres forman una piña.
Al senador electo por Madrid, Enrique Cascallana, vicepresidente primero de Comisión de Entidades Locales y vocal en las de Presupuestos, Comunidades Autónomas, Asuntos Iberoamericanos e Incompatibilidades, no le han dejado participar ni un sóla vez en los Plenos, a pesar de la importancia de los temas que lleva, especialmente con los problemas de los Ayuntamientos y la financiación local.
El otro senador madrileño, José Quintana, elegido por la Comunidad de Madrid, sólo ha presentado tres mociones para instar al Gobierno a la ejecución de un acceso ferroviario por el sur al puerto de Castellón, para que dote de mayor frecuencia de trenes de cercanías a la comarca del Baix Maestrat (Castellón) y para que se adopten medidas para la protección de los usuarios de las líneas aéreas.
Cascallana y Quintana fueron dos de los dirigentes madrileños que más fuerte apostaron por la dimisión de Rafael Simancas y su equipo, en el que estaba Ruth Porta, tras la derrota frente a Esperanza Aguirre en mayo de 2007.
El cese de Simancas y Porta dio paso al nuevo secretario general del PSM, Tomás Gómez, ex alcalde de Parla. Simancas y Porta negociaron con el entonces secretario de Organización, José Blanco, sus respectivos puestos en el Congreso y el Senado, donde la ex número dos del Partido Socialista por Madrid –elegida dentro del cupo de la Comunidad de Madrid- consiguió ser nombrada portavoz adjunta en detrimento de otros senadores y senadoras elegidas en las urnas, especialmente Enrique Cascallana.
Matilde Fernández, ex ministra de Asuntos Sociales, elegida también senadora por la Comunidad de Madrid tiene más suerte, además de ser miembro suplente de la Diputación permanente, ha podido presentar tres mociones sobre temas sindicales y de empleo, y dos preguntas en el Pleno sobre ordenación del tiempo de trabajo.Además de intervenir prácticamente en todas las sesiones informativas del ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho.
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